En mayor o menor medida, todos tenemos comportamientos impulsivos. Acciones que favorecen una aparente recompensa inmediata, pero que pasado el momento, nos acecha el sentimiento de culpa. ¿Hay alguna forma de desactivar este tipo de comportamientos? Una investigación ofrece datos interesantes.
A quién no le ha ocurrido que al ir al Súper, acaba saliendo del establecimiento comiendo una bolsa de papas fritas la cual no estaba en la lista de la compra y que a los pocos minutos de haberla terminado nos preguntamos... ¿por qué me he comido estas papas? O diciendo “ ...es la última vez que compro papas fritas cuándo vengo a hacer las compras”.
Ni hablar de los comportamientos impulsivos que algunos individuos tienen cuando están en medio de una discusión con otra persona.
En definitiva, todos nos hemos sentido culpables alguna vez posteriormente a una conducta impulsiva. Un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston ha realizado algunas investigaciones al respecto.
Tras realizar algunas pruebas con grupos de estudiantes, los investigadores llegaron a la conclusión de que la mayoría de los comportamientos impulsivos que tenemos los seres humanos están ligados a la comida. Por medio de un cuestionario escrito hecho a los mismos estudiantes, llegaron a la conclusión de que las personas que controlan mejor sus impulsos, son aquellas que veían y analizaban el futuro con más optimismo.
Por lo tanto se preguntaron si al momento de un comportamiento impulsivo, podrían lograr que un individuo controlara ese impulso mediante la invocación de un hecho futuro gratificante.
Poniéndolo a prueba
El equipo de investigadores decidió realizar una prueba de laboratorio para corroborar si sus evaluaciones eran las correctas. Para ello invitaron a participar a personas con obesidad o sobrepeso que estaban anotados en un programa de adelgazamiento de un hospital público. Para que la persona fuera apta para esta prueba debía tener un índice de masa corporal (IMC) de 26 o mayor.
El paso posterior fue dividir a estas personas en dos grupos, a los participantes del primer grupo se les hizo una entrevista, en ella se les indujo a cada uno a que hablara sobre algún hecho futuro en su vida que le despertara sentimientos agradables, por ejemplo, algunos hablaron de un futuro viaje o de que pensaban arreglar el jardín de su casa, otros hablaron sobre sus próximas vacaciones y que se veían, por ejemplo, caminando por la arena en una playa. Todas las entrevistas fueron grabadas en cintas de audio.
En cambio a las personas del segundo grupo no se les hizo ninguna entrevista.
La segunda parte de la investigación consistió en llevar en forma individual a cada una de estas personas a un lugar donde había gran cantidad de alimentos sobre una mesa y se le decía que tenía 15 minutos para comer todo lo que quisiera.
Antes de empezar a comer se le ponía a cada individuo unos auriculares en sus oídos, a las personas del primer grupo se le hacía escuchar la grabación de su entrevista en la que hablaban del momento futuro con connotaciones agradables, en cambio a las personas del segundo grupo se les hizo escuchar música funcional.
Los resultados arrojaron que las personas del primer grupo consumieron notoriamente menos calorías que las personas del segundo grupo, en promedio, cada integrante del primer grupo consumió 480 calorías, en cambio para los del segundo grupo el promedio indicó 790 calorías por persona.
Este estudio está en consonancia con un experimento realizado en la Prisión Estatal de Sacramento, California en el año 2007, en el cual un grupo de psicólogos entrenó a una determinada cantidad de reclusos a posicionarse fuera de la cárcel en una situación agradable, cada vez que se vieran involucrados en un momento de tensión.
El resultado fue que en el pabellón de la prisión dónde se hizo este ensayo, los hechos de violencia entre internos se redujeron en un 35%.
Para terminar...
Si bien los investigadores opinan que hacen falta más trabajos para probar con seguridad los beneficios de pensar en una situación agradable a futuro en el momento de un comportamiento impulsivo, no hay dudas que con cosas simples podemos hacer mucho para frenar determinadas conductas irreflexivas que posteriormente nos pueden causar arrepentimiento y angustia.
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