El departamento de comportamiento humano de la Universidad de California ha diseñado una pequeña lista acerca de las sugerencias preferidas que dan sus profesores en las diferentes charlas y artículos periodísticos, referentes a pautas de conducta. Veamos la lista y sobre todo, que podemos aprender de ella.
1) Aprender de la gente mediante la observación de su comportamiento
La gente gasta dinero en cosas que le preocupan, invierte su tiempo en proyectos que consideran importantes para su bienestar y expresan su carácter en las maneras de manejarse (caminar, hablar, etc.). Es cierto que las personas a menudo tratan de disimular sus verdaderos motivos. Sin embargo si usted es un hábil observador, las elecciones que hacen los demás, pueden informarle sobre sus intereses, personalidades y valores.
2) Las fuerzas internas pueden arrastrar a la conducta externa
Las personas, muchas veces, podemos ser estimuladas por impulsos y conflictos que aún no nos damos cuenta que tenemos. Freud, el descubridor del “inconsciente”, señaló que nuestros impulsos reprimidos se filtran en nuestra conducta “observable” (ver el punto 1). Usted debe ser capaz de entender, que hay momentos en medio de un problema que son dolorosos o que provocan una ansiedad tal que puede alimentar a algunos de nuestros comportamientos más contraproducentes.
3) El relacionamiento social y su importancia para el bienestar
La autosuficiencia es un objetivo que muchos de nosotros nos esforzamos por alcanzar, mucha gente hace toda clase de sacrificios para poder expresar su independencia. Sin embargo, las investigaciones lo han demostrado una y otra vez, que su capacidad de relacionarse con los demás le llevará a muchos desafíos que serán la base de la experiencia a lo largo de su vida. Si bien cuando una relación cercana no está funcionando usted se siente preocupado y triste, cuando las relaciones funcionan de forma positiva, usted percibe que puede sobrevivir a todo lo que sucede en el mundo exterior.
4) El estímulo positivo es el gran motivador
La ciencia ha demostrado que los animales, incluyendo los humanos, trabajamos duro para recibir recompensas. En su tesis “La filosofía del trabajo” el psicólogo Frederic Skinner hablaba que era el estímulo y no el castigo, lo que mejor funcionaba para obtener los resultados deseados. Skinner diseñó paradigmas experimentales que mostraron precisamente como se adapta la conducta mediante el resultado de ese comportamiento. Seguramente usted utilice muchas veces el estímulo positivo a pesar de no llamarlo como tal. Ya sea para tratar de que su hijo estudie por más tiempo o para decirle que no a un hábito perjudicial. El estímulo positivo es una parte esencial de la vida, aunque no seamos conscientes de ello.
5) El cerebro, lo usas o lo pierdes
Esta frase se asocia típicamente a la necesidad de mantenernos activos, con el fin de evitar la pérdida de los conocimientos valiosos que tenemos en la memoria. Incluso ahora sabemos mucho más en general que no importa la edad para promover su mejor funcionamiento cognitivo. Un estudio de largo plazo de trabajadores de mediana edad, encontró que las personas en puestos de trabajo que requieren niveles más altos de actividad cognitiva, mostraron menos pérdidas de capacidad intelectual hasta bien entrada la vejez. Es vital no renunciar a la memoria, lo único que necesita es ejercitarla todos los días.
6) Ser consciente de cómo las situaciones afectan la conducta
La psicología social tiene bastante claro que los individuos reaccionan de manera similar en determinadas circunstancias. Por ejemplo, el ‘sesgo del grupo’ hace que la gente junto a otros (manada) considere similares a quienes están dentro del grupo y crean diferentes a las personas que estén fuera del mismo. Ni siquiera hacen falta diferencias reales para que el sesgo tenga efecto. Considere lo que siente cuando está al volante de un coche y se molesta porque un peatón lo hace esperar mientras cruza la calle. En cambio, cuando es usted el peatón se enoja si un auto no le permite el paso. Estos comportamientos sociales similares abundan y una vez que reconocemos su influencia, podremos ser más comprensivos y tolerantes con nuestros semejantes.
7) Las muchas inteligencias
Durante casi un siglo el factor G (general) de la inteligencia dominó la teoría universal de la psicología. El factor G proponía que había una inteligencia general y única, que consistía en determinadas habilidades mentales. Pero hacia 1990 quedó claro que el factor G sólo reflejaba el conocimiento académico. A partir de allí se replanteó la forma en que concebimos la inteligencia. Los investigadores se han dado cuenta que existen ‘múltiples inteligencias’, y que éstas son, en mayor o menor medida, independientes entre sí.
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