Si saliésemos a la calle a preguntarle a la gente cuál es su objetivo fundamental en la vida, seguramente la mayoría nos respondería: ser feliz.
Las sociedades modernas se organizan en torno a cómo ser más felices...
En forma continua leemos de los beneficios vinculados a la felicidad. Las personas felices tienen mejores amistades, mejores relaciones, son menos propensas a enfermarse, son más creativas, tienen mejores trabajos, la gente feliz duerme mejor... y un largo etcétera.
Además, muchos de estos datos son resultados de estudios científicos, por lo tanto, podemos estar seguros de que no son casuales. Es decir, la felicidad no es sólo una señal de que las cosas van bien, la experiencia de la felicidad ayuda a producir resultados positivos.
Pero hay un problema, nos hemos obsesionado con la felicidad, hemos creado presiones culturales para ser felices. ¿Cuántos libros sobre felicidad se han publicado en los últimos años?... hay hasta entrenadores personales que enseñan a la gente a cómo ser más feliz.
Por suerte, algunos investigadores han comenzado a experimentar con este fenómeno.
Lo que han hallado es que las personas que se obsesionan por ser felices, se vuelven más estresadas y deprimidas. La presión cultural por ser feliz hace a las personas menos felices.
O sea, la felicidad como objetivo primordial se interpone en el camino de la felicidad real.
En una investigación de la Universidad Thomas Jefferson se reportó que las personas que creen que es importante esmerarse para ser más feliz, al estar en una situación de tensión, se sienten generalmente más infelices.
Los resultados finales arrojaron que la gente que pone mayor énfasis en ser feliz, tiene un 50% menos de emociones positivas frecuentes, un 35% menos de satisfacción sobre su vida y padece un 45% más de episodios depresivos que las personas que tienen sus prioridades en otros objetivos.
La ciencia de la felicidad
Los mismos investigadores realizaron esta vez, una prueba de laboratorio.
Diseñaron un artículo falso que se titulaba "la ciencia de la felicidad". El artículo hacía hincapié en lo que se habló al principio: los beneficios que reporta la felicidad, mejores relaciones, éxito profesional, mejor salud, etc.
Para la prueba se seleccionó a un grupo de estudiantes universitarios, la mitad leyó el artículo creado por los investigadores sobre al felicidad, a la otra mitad se le dio para leer un artículo que hablaba sobre deportes.
Posteriormente se les solicitó a todos los estudiantes que vieran una parte de una película que tenía escenas de humor.
El resultado mostró que las personas que leyeron el artículo sobre la felicidad disfrutaron claramente menos de las escenas de humor.
Es decir, las personas que recibieron información sobre el valor de la felicidad, se mostraron menos alegres por un acontecimiento positivo en su entorno inmediato.
Seguramente otras investigaciones proporcionen una perspectiva sobre porqué existe una presión cultural para ser feliz y porqué, por ejemplo, se siguen disparando las ventas de medicamentos psicotrópicos.
Tal vez, este tipo de ejemplos puedan ayudarnos a considerar lo que estamos viviendo. Y que seguramente haya objetivos mejores que el hecho de buscar una mezcla de emociones y pensamientos perfectos dentro de nosotros.
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