El 2014 ha sido el año más caluroso en nuestro planeta desde que existen registros. A escala global, diciembre fue el mes de temperaturas más altas de la historia.
Pero en realidad, el calentamiento global es sólo una parte de la historia. Lo cierto es que la actividad humana ha empujado los límites de la tierra más allá de lo que es seguro y estable en varias maneras. Por ejemplo, cambios en la integridad de la biósfera debido a la merma de diversidad genética a causa de pérdida de especies. Otras alteraciones graves son las biogeoquímicas debido a la desforestación y a la pérdida en los suelos de elementos críticos como fósforo o nitrógeno.
Está claro que todas son muy malas noticias.
Pero he aquí la pregunta: ¿te has fijado realmente en cualquiera de estos cambios? ¿Estos cambios afectan tu vida de una forma significativa? ¿Te levantas por las mañanas pensando en el ciclo del nitrógeno o en la deforestación del Amazonas?
Seguramente no, ni siquiera aunque sepas que esto esté llevando a un seguro cambio de la vida en la Tierra tal como la conocemos ahora.
Muy probablemente usted se levante cada día, y guiado por instintos profundos, pensando en adquirir los recursos necesarios para su seguridad y supervivencia: comida, agua, refugio, calor/frío, como movilizarse, amistades, cohesión social, etc. y cada tanto, procure algunas cosas o actividades divertidas.
Y eso será lo más importante, no pensará en forma global. Usted actuó, pensó, vivió su vida y cumplió sus necesidades a nivel personal. Al igual que la mayor parte de los siete mil millones de seres humanos que habitan el planeta.
Esto quiere decir que estamos programados desde lo más profundo de nuestros instintos de supervivencia a tomar más del medio ambiente que lo que el medio ambiente nos puede proporcionar, y no existe ningún mecanismo en nuestro cerebro que evite estos instintos naturales.
No somos el único animal que hace esto, muchas especies viven de forma insostenible en ecosistemas finitos, en el sentido de que sus demandas al medio ambiente son superiores a la oferta. Sin embargo, el humano es el único animal el cual los límites del ecosistema es la Tierra misma.
¿Podemos hacer mucho para hacer frente a estos desafíos? Por supuesto que sí. ¿Podemos hacer lo suficiente para evitar el perjuicio que se avecina? Casi seguro que no. Pero al menos, si somos un poco realistas, quizás nos demos cuenta lo que nos ha llevado a esta situación: Vivimos de forma insostenible porque los instintos de supervivencia son mucho más poderosos que la razón.
No hay comentarios :
Publicar un comentario