¿Cuántas veces escuchando por la radio un relato de su deporte favorito, se imaginó toda la acción de una jugada?
¿Cómo funciona la mente para darle forma (a veces con bastante exactitud) a algo que no está viendo?
Suponiendo que a usted le guste el fútbol y le dieran a elegir entre ver un partido en una pantalla de plasma de alta definición o solamente escucharlo por radio, seguramente usted y la inmensa mayoría de la gente, elegiría la sensación visual de la televisión.
Pero piense por un momento, en la atención que se necesita para escuchar e imaginar, las escenas y las situaciones que nos brinda el relato. Seguramente el conocimiento del juego le ayudará a comprender la narración y los términos particulares o "jerga" de ese deporte.
Ahora, imagine que está escuchando el relato de un deporte del cual no sabe nada.
Si usted no tiene un conocimiento específico de ese deporte, conceptualmente no entenderá casi nada de lo que se diga.
Sin embargo si usted escucha “...desborda el lateral, levanta el centro y el delantero de un certero golpe de cabeza, coloca el balón sobre el poste izquierdo y el portero nada pudo hacer”. Si usted es conocedor del fútbol, esa descripción tiene mucho sentido y nuestra mente no tuvo problemas para imaginar la escena.
Es más, en muchas personas al escuchar en vivo la jugada, incluso podría haber provocado algún movimiento físico inconsciente, esa reacción sensoriomotor es lo que se llama cognición corporal.
Se denomina "cognición corporal" cuando nuestra mente relaciona los movimientos del cuerpo con lo que lo rodea, para hacer procesos cognitivos.
Sian Beilock, profesor de psicología y director del Laboratorio de Rendimiento Humano de la Universidad de Chicago, dice que: "La cognición corporal hace trabajar a la mente con representaciones de objetos y eventos que se basan en la acción, es decir, el conocimiento se materializa, en el sentido de que otorga a la información sensoriomotriz la posibilidad de hacer interacciones que los objetos o eventos le puedan permitir”.
El equipo del Dr. Beilock continuó sus investigaciones sobre la relación entre nuestras habilidades motoras aprendidas y nuestra comprensión del lenguaje acerca de las habilidades motoras. Y el dominio de los deportes proporciona un espacio lógico para estudiarlo.
En tal sentido, el equipo de psicología de la Universidad de Chicago se preguntó si habría alguna diferencia de funcionamiento en el cerebro de las personas, al procesar datos basados en el conocimiento o no, del deporte que estaban escuchando.
El estudio
Los investigadores querían analizar la actividad cerebral con un escáner fMRI.
Para ello crearon tres grupos: el primero estaba formado por individuos practicantes activos de fútbol, que fue el deporte elegido para la prueba.
El segundo grupo se conformaba por aficionados, gente que ocasionalmente observaba fútbol, pero que no lo practicaba.
El tercer grupo estaba formado por personas que no tenían absolutamente ninguna experiencia con el fútbol, ni siquiera conocían sus reglas.
A los integrantes de cada grupo se les colocó auriculares y se les hizo escuchar el relato de parte de un partido de fútbol y se les solicitó que trataran de imaginar lo que estaban escuchando.
Los resultados dieron que, tanto el cerebro de los jugadores como el de los aficionados mostraron una gran actividad en la corteza premotora dorsal izquierda, una región que realiza planificaciones y procedimientos de acción ya aprendidas.
Por otro lado, los novatos mostraron actividad en el receptor NMDA de la corteza motora primaria, una zona conocida por llevar a cabo paso a paso las instrucciones para tareas nuevas o novedosas.
Puede que sorprenda que en los cerebros de los espectadores se activen las mismas regiones que en los atletas. Esto no fue nada sorpresivo para el equipo de investigadores, en un estudio unos años antes, habían analizado el cerebro de personas que practicaban una nueva rutina de baile y de personas que solo miraban bailar y el resultado fue el mismo: se activaron las mismas regiones.
Ya lo dice el dicho, “no practicar hace la perfección”.
Para terminar
Así que ya sabes, la próxima vez que en la radio escuches algo como "...desborda el lateral, levanta el centro y el delantero de un certero golpe de cabeza, coloca el balón sobre el poste izquierdo y el portero nada pudo hacer" y entiendes perfectamente lo que el relator ha dicho, es porque tu corteza premotora dorsal izquierda está funcionando perfectamente.
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