Muchas veces, nuestro estilo de vida actual, vulnera sistemáticamente la evolución original de la naturaleza humana. Esto impacta especialmente en la crianza de los bebés. Veamos porqué.
Crianza intensiva: Los bebés necesitan una crianza intensiva. Esto es una de los muchos factores extra genéticos, que terminaron impactando en nuestros genes a lo largo del desarrollo de la raza humana. Las prácticas intensivas son fundamentales para que el individuo se desarrolle correctamente, como por ejemplo, la lactancia materna para el desarrollo del cuerpo y del cerebro, los sistemas de contacto casi constantes, la presencia física de sus padres o cuidadores, la capacidad de respuesta a las necesidades y las experiencias inmediatamente posteriores al nacimiento.
Cada una de estas prácticas de cuidados, tendrá efectos significativos en la salud física, social y mental del individuo.
Nacemos poco desarrollados: Los bebés humanos nacen en forma muy temprana en comparación con otros mamíferos.
En efecto, nacemos 9 meses antes de tiempo en términos de movilidad y 18 meses antes en términos de desarrollo de los huesos. Los bebés a término tienen sólo un 25% de volumen del cerebro desarrollado (se necesitan 5 años más para desarrollarlo, aunque en realidad para desarrollarlo totalmente se necesitan casi ¡3 décadas!).
Por lo tanto, el “nido materno” para los bebés humanos es mucho más necesario que para otros mamíferos, ya que nacemos poco desarrollados.
Múltiple sistema de apoyos: Distintos estudios indican que la mayoría de los bebés que reciben la alimentación, cambio de pañales y poco más, de adultos no desarrollan todo su potencial.
O sea, no es suficiente que reciban una atención mínima indispensable.
Los bebés se desarrollan mejor con un múltiple sistema de apoyos, es decir, cuando hay más de una persona que le brinda una gran dedicación. Algunas investigaciones apuntan a que los niños crecen mejor con tres personas a su alrededor.
Autorregulación social: El hemisferio derecho del cerebro de los bebés se desarrolla en los primeros tres años de vida. Este hemisferio es el que concibe la experiencia social, el que trabaja en las respuestas “cara a cara”, el que juzga las miradas. Es decir, el hemisferio derecho es el que gobierna los sistemas de autorregulación social del individuo. El hecho de colocar a los bebés delante de pantallas de Tv durante horas todos los días, muy común en nuestros días, hace que se estén perdiendo experiencias críticas para su desarrollo en materia de relaciones sociales.
Vida social: Los bebés necesitan una vida social. Por eso desean estar en brazos la mayor parte del tiempo, el contacto piel con piel es una influencia tranquilizadora. Ellos están listos para jugar desde el nacimiento, el juego es el método principal para aprender habilidades sociales y autocontrol. Compañerismo, cuidado, amistad, capacidad de respuesta mutua van construyendo la inteligencia social y práctica.
Llorar: Los bebés una vez que comenzaron, tienen dificultades para parar de llorar, por lo tanto, lo mejor es responder a ese gesto o mueca previo al llanto y no esperar a que se produzca.
No olvidan: Los bebés no olvidan, que no recordemos los primeros años de vida no quiere decir que los recuerdos se esfumen, éstos quedan guardados en lugares inaccesibles de la memoria, pero que influyen en el comportamiento y en las actitudes más adelante.
Patrones culturales modernos: El sistema cultural actual de los adultos no elimina las necesidades evolutivas del bebé. Los bebés no pueden retractarse de sus necesidades de mamíferos. Sin embargo, algunos patrones culturales modernos de los adultos transgreden las necesidades de los bebés.
Transgresiones tales como: dormir solos y aislados, dejarles llorar por mucho tiempo, hacerles ver videos para bebés, etc. Estas transgresiones por parte de los adultos socavan el desarrollo óptimo del bebé, como por ejemplo: en el sistema endocrino, en el sistema inmune, en los neurotransmisores y en la producción de oxitocina.
Algunos psicólogos evolutivos aseguran que estas falencias se ajustarán a su conducta y carácter posteriormente.
Hay amplia experiencia en pruebas de laboratorio en la cual crías de ratones fueron separados de sus madres y sólo se les permitía estar con ellas en un período corto, cada cierto tiempo. Los resultados demuestran contundentemente que estas crías, ya adultas, tienen un comportamiento mucho más agresivo que sus iguales que se criaron con sus madres.
Los especialistas aseguran que por no entender las necesidades de los bebés, estamos creando seres humanos con comportamientos atípicos.
Para terminar
Algunos de nuestros estilos de vida actuales, transgreden sistemáticamente la evolución original de la naturaleza humana.
Recién mencionábamos el hecho de que estamos creando personas con comportamientos atípicos, esto lo estamos viendo a diario en individuos cuya salud y sociabilidad están seriamente comprometidas.
En este sentido hoy podemos observar personas con altísimos coeficientes intelectuales y al mismo tiempo, con profundos estados depresivos, de ansiedad, consumo de drogas y altas tasas de suicidios.
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