A ellas les gustan las medallas de guerra, a los hombres no


Si nos atenemos a lo que sugiere la teoría evolutiva de la raza humana, en el sentido de que nuestra naturaleza nos impulsa a básicamente dos cosas: sobrevivir y reproducirnos ¿Por qué tanta gente, sobre todo hombres, se someten voluntariamente a los peligros de una guerra?


A ellas les gustan las medallas de guerra, a los hombres no

De acuerdo con un artículo de 'The Washington Post' unos 7 mil soldados estadounidenses, de las que 160 eran mujeres, murieron en las guerras de Irak y Afganistán, además de unos 52 mil heridos. Muchos de estos individuos se alistaron en el ejército voluntariamente.
Por tanto, una buena pregunta sería ¿por qué tantos hombres se dirigen voluntariamente a un lugar donde saben que su vida corre un altísimo riesgo? Aunque parezca paradójico, la respuesta también la encontramos en la evolución humana, ya que desde hace miles de años, los hombres remarcan sus cualidades reproductivas al sexo opuesto a través de su heroísmo en combate. Históricamente, las mujeres desean aparearse con hombres que den a sus hijos genes de alta calidad, lo que hará que sea más probable que también sus hijos sobrevivan y se reproduzcan. Y justamente, era en las batallas donde los hombres podían demostrar sus mejores cualidades: fuerza física, valor, heroísmo y liderazgo.


De la guerra al laboratorio

Para profundizar en estas hipótesis el profesor de psicología evolutiva Mark van Vugt y sus colegas Hannes Rusch y Joost Leunissen, realizaron una serie de investigaciones.
En la primera de las exploraciones se determinó la cantidad de hijos que tuvieron aquellos militares norteamericanos que ganaron la 'Medalla de Honor' en la Segunda Guerra Mundial. Los investigadores encontraron que quiénes ganaron esta medalla, en los años posteriores, tuvieron notoriamente más hijos que aquellos soldados que no obtuvieron medallas.

El segundo estudio se realizó en Inglaterra, en esta oportunidad se le solicitó a un grupo de mujeres jóvenes que observaran imágenes de militares hombres y les otorgaran un puntaje conjeturando con una serie de cualidades, por ejemplo, atractivo físico, agradabilidad, si sería deseable como pareja, etc. La particularidad era que cada imagen iba acompañada de una breve descripción del individuo, algunos de ellos eran señalados como que obtuvieron una medalla por su heroísmo en la guerra de Irak. En otras imágenes se advertía que el individuo había peleado en Irak pero que no había obtenido ninguna medalla. Un tercer grupo era descrito como que nunca había participado en ningún conflicto.
Los resultados finales indicaron que los héroes de guerra recibieron un puntaje mayor que los soldados sin medallas o aquellos que no habían participado en conflictos.

En el estudio final, se les solicitó a un grupo de estudiantes holandesas evaluar el atractivo físico de un grupo de soldados hombres. Algunos de ellos fueron descritos como soldados que recientemente habían regresado de una zona de guerra y habían recibido una medalla por sus acciones. Un segundo grupo fue señalado como soldados que recientemente habían regresado de una zona de catástrofe natural y habían recibido una medalla por su labor en dicho lugar. Un tercer grupo de individuos fue señalado como militares que no habían realizado ninguna misión relevante. Los resultados mostraron que los héroes de guerra fueron calificados como más deseables y atractivos. Lo singular es que entre los héroes de zona de desastre natural y aquellos no habían realizado misión alguna, no hubo demasiada diferencia.

En esta última prueba, también se solicitó a estudiantes varones evaluar el atractivo de militares del sexo femenino en base a los mismos criterios que a los militares hombres, es decir, regresada recientemente con una medalla de una zona de guerra, de un desastre natural o que no había concurrido a ninguna misión. Las conclusiones fueron que, diferencia de las chicas, el heroísmo de guerra no aumentó el atractivo o la deseabilidad de las mujeres entre los hombres. O sea, el hecho de haber tenido una participación destacada en un conflicto puede funcionar muy bien al sexo masculino para atraer potenciales parejas, no así para las mujeres.


Referencia:
http://www.ehbonline.org/article/S1090-5138(15)00023-9/abstract



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