Muchas mujeres protegen a sus parejas mediante ostentación


Cuando Cenicienta entró en la fiesta, ninguna mujer del salón podía competir con su belleza. Su fastuoso vestido de gasa y tul con bordados de oro y plata y sus hermosos zapatitos de cristal, hicieron que no sólo el príncipe se enamorara inmediatamente de ella, sino que posteriormente la buscara con su olvidado zapato entre todas las mujeres del reino.


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Lo interesante es que según algunas investigaciones, más allá de la historia fantástica, el cuento de Cenicienta tiene algunos puntos en común con la realidad

Una serie de experimentos realizados por Vladas Griskevicius, profesor de la Universidad de Minnesota, indagaron como muchas mujeres utilizan ciertos productos de alto valor para proteger a su compañero de posibles competidoras.
Para la investigación se seleccionó a un grupo de 76 mujeres de entre 18 y 40 años. Los resultados de la indagación fueron publicados a principios del año pasado en la revista "Psychologies".

En dicho estudio, se les realizó a las participantes una serie de preguntas por el estilo: ¿Crees que tu pareja se preocupa más por ti cuando te ve vestida con ropas más caras? o ¿Piensas que las demás mujeres piensan que tu pareja se siente más comprometida contigo cuando llevas vestimentas, joyas u otros productos más costosos?


Más de la mitad de las mujeres contestaron que sí a todas las preguntas. No importó si al momento de la investigación las participantes estaban en una relación más o menos informal, en una relación formal o casadas.
El cuidado del compañero con un toque de ostentación se hizo más evidente cuando se percibía que otra mujer amenazaba su pareja, en ese caso, cuanto más grande era la exteriorización, mejor.


En cinco estudios realizados posteriormente, los autores encontraron respaldo a la idea de que muchas mujeres buscan mostrar posesiones opulentas para protegerse de que otras mujeres intenten robarle su pareja. Por otra parte, el estudio también concluyó que las mujeres eran menos propensas a buscar a otro hombre si su compañero llevaba artículos de lujo o vistosos y que creía que ella había provocado su compra.

Si bien estos resultados son interesantes, Griskevicius señala que el estudio tiene sus defectos. Por ejemplo, los autores utilizaron las respuestas de las participantes a preguntas acerca de cómo ellas se comportarían en determinadas circunstancias, pero no se observaron acciones reales. La muestra también se limitó a que todas las mujeres eran estadounidenses. ¿Serán los resultados similares en todas las culturas?

A pesar de las cuestiones metodológicas, es importante destacar los aspectos más interesantes de este tipo de estudios: la particularidad social de la situación. Quizás el comportamiento ilustrado por las mujeres del estudio puede ser considerado frívolo, pero sin duda que desde su perspectiva no lo es. En la raíz de esta conducta que a priori podemos observar como superficial, están implicadas percepciones y emociones diversas, como la ansiedad social, el estatus o la seguridad afectiva.



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