¿Qué es la sincronización cerebral improvisada?


Hoy nos vamos a referir a un mecanismo cerebral muy simple y básico, pero que a su vez, es tremendamente eficaz y ayuda a fortalecer las conexiones neuronales: la sincronización cerebral improvisada.


sincronización cerebral improvisada

Imagínese que usted está conduciendo su vehículo por una avenida muy transitada y observa que otro conductor tratando de estacionar, ha realizado una mala maniobra (supongamos que usted imagina que podría ser un novato) y la tiene muy difícil, su auto se adentra peligrosamente en el tráfico. En ese instante al ver esta situación, puede saber lo que la otra persona siente porque usted también ha sido un conductor principiante en algún momento. En ese instante puede tomar una decisión, o seguir o ayudar, y usted decide ayudar, por tanto, coloca su coche de manera tal que la persona no se sienta intimidada por el resto del tráfico y de esa forma reorganice su posición y culmine con la maniobra.
Es probable que otros conductores no se den cuenta que usted está tratando de ayudar, e inevitablemente, algunos comenzarán a tocar bocina, a gritarle o harán ciertos gestos hacia usted. Pero en este momento ya no le importa, al tomar la decisión de ayudar usted ha sincronizado su cerebro con el del otro conductor. O sea, ofreciendo asistencia (incluso con cierto riesgo para usted) para ayudar a otro individuo a tener éxito, usted cierra una brecha con la otra persona.
Supongamos que entra un tercer conductor en escena, ya que una de las personas que viene conduciendo se da cuenta de su buena acción y con la mano le hace un gesto de aprobación, entendiendo la situación.

¿El conductor habría estacionado con éxito sin su ayuda? Quizás, o quizás no, pero ese no es el punto. El punto, que se ilustra con este simple ejemplo, es que cada vez que pensamos y actuamos en consonancia con otra persona para ayudarle a lograr algo, es porque hemos iniciado una sincronización cerebral improvisada con el otro individuo, y al hacerlo, le hemos infundido a su cerebro la convicción de que el éxito es alcanzable.

Por muy simple que parezca, en realidad, este proceso tiene una sólida base neurológica: cuando formamos parte de una acción para ayudar a alguien a superar una situación, nuestro cerebro registra el evento como prueba de nuestra capacidad de hacer lo mismo otra vez, en otras palabras, ayudar a alguien se convierte en una “recompensa alcanzable”, y por tanto, buscamos oportunidades para tratar de obtener esa recompensa.


El conductor que le hizo el gesto de aprobación también es parte de la sincronización cerebral, ya que cuando somos testigos de un hecho positivo para ayudar a un tercero, nuestro cerebro también registra el hecho como señal de capacidad, esto probablemente, induzca a la persona a ayudar en cuanto tenga la oportunidad.


Esta es una excelente terapia para nuestro cerebro, ya que construye y fortalece las conexiones neuronales en torno a convicciones altruistas. En un sentido muy real, nuestros cerebros crecen a partir de este tipo de experiencias.

La próxima vez que tenga la oportunidad de crear una sincronización cerebral improvisada con alguien, no pierda la oportunidad, estará ayudando a la otra persona pero también se estará ayudando a si mismo.



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