La psicología de la solidaridad


El ser humano es solidario por naturaleza, seguramente la inmensa mayoría de nosotros hemos hecho en algún momento una donación, por pequeña que sea, a alguna causa benéfica. Aún así, es bueno saber que incluso para ser solidarios y colaborar con una causa noble, la psicología humana muchas veces se basa en determinados condicionantes.


psicología solidaridad

Ya por el año 1930 los investigadores sabían que las ratas de laboratorio (y esto es igual en todos los animales) corrían más rápido a medida que se acercaban a su premio, llámese comida. Esto mismo se aplica a los seres humanos: a medida que nos acercamos a un objetivo (cualquiera sea) tendemos a perseguir dicho objetivo con mayor vigor.

Si bien estas investigaciones se basan en individuos que persiguen metas para beneficio propio, como la obtención de alimentos o dinero para si mismo. ¿Qué ocurre cuando la meta es beneficiar a otro u otros?

Supongamos que el equipo de fútbol amateur de su barrio comienza a vender bonos de colaboración para comprar las camisetas y demás equipamiento deportivo para la próxima temporada. ¿Usted compraría un bono el primer día de venta? Es muy posible que no, lógicamente hablando, el bono tiene el mismo valor el primer día que el último, pero a pesar de ello, la gente parece percibir una diferencia sustancial. Esta es la conclusión que llegó el profesor George Loewenstein y su equipo de investigación de conductas económicas de la Universidad Carnegie Mellon al utilizar diferentes métodos para demostrar que las personas son más proclives a hacer una donación cuando la acción benéfica se acerca a su objetivo.

Para hacer un estudio, los investigadores se asociaron con una organización benéfica de ayuda a personas carenciadas. La institución proporcionó los nombres y direcciones de los "donantes inactivos" (personas que habían donado en el pasado, pero no colaboraban desde hacía más de un año). Los investigadores enviaron por correo a cada uno de estos posibles donantes una carta en la que relataban que la institución había comprado un predio para construir una guardería para niños de familias de bajos recursos.
La particularidad estaba en que dicha carta tenía tres versiones diferentes, en la primer versión la institución decía que ya había recaudado el 10% de los fondos necesarios, en otra versión anunciaba que ya había recaudado el 50% de los fondos para construir la guardería, en la tercera versión el nivel de fondos recaudados era del 85%.

Los resultados indicaron que las personas que recibieron la carta con la condición del 85% tuvieron un porcentaje significativamente más alto de respuesta que los individuos que recibieron las otras dos condiciones (que no tuvieron una gran diferencia entre sí). De hecho, la tasa de donación de quienes recibieron la carta con la condición del 85% fue del doble que las otras dos condiciones juntas.


Esto quiere decir que hay personas que son más proclives a donar dinero a las organizaciones benéficas si éstas están cerca de cumplir con sus metas.


¿Por qué ocurre esto?

Está claro que los seres humanos tenemos, en general, un comportamiento prosocial, nos gusta ayudar (en muchos casos sin importar los resultados) ya que ser solidarios aumenta nuestra felicidad y autoestima, pero aún así, nuestra psicología no deja de ser "efectista", es decir, las personas somos proclives a ser más generosas al final de una campaña caritativa (más aún si es exitosa), simplemente porque nos causa una mayor satisfacción, ya que tendemos a creer que de esa forma conseguiremos un impacto personal más significativo en el resultado, o sea, nos hace suponer que hemos sido más influyentes en la obtención del objetivo.



1 comentario :

  1. Interesante conclusión: somos solidarios pero a ser posible nos gusta ser eficaces. Lo veo logico

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